“El desayuno es la comida más importante del día”. Esa frase, que todos repetimos con frecuencia, no siempre la llevamos a la práctica, especialmente cuando se trata de la alimentación infantil.
A este respecto, un problema muy frecuente para muchas mamás es pelear cada mañana con los más peques de la casa para conseguir que prueben bocado a primera hora. Desde luego, no es tarea fácil pero debemos intentar que desayunen y vayan introduciendo cada vez más alimentos saludables en su dieta. Sólo así conseguiremos una alimentación completa y equilibrada.
Como es lógico, deberemos siempre huir de las salidas fáciles pero poco sanas (bollería industrial, excesiva proporción de dulces, ausencia de frutas, etc.), que solo harán más difícil el llegar a cumplir los objetivos de una dieta sana y equilibrada. Si no se enseña a comer bien a los niños, conseguiremos en el futuro unos adultos mal alimentados y con mayor tendencia a presentar diferentes enfermedades de origen metabólico o nutricional.
Para que no se aburran (muchas veces, descubrimos que algo les gusta para desayunar, y al final se cansan de ello por tomar sólo eso durante demasiado tiempo), les proponemos ir variando su menú cada mañana, pero eso sí, desayunos que se puedan preparar y comer rápidamente, ya que antes del colegio no nos suele sobrar demasiado tiempo.
1- Lunes: Vaso de leche con cacao + galletas + plátano
2- Martes: Batido de frutas + Sándwich de jamón.
3- Miércoles: Cereales azucarados con leche + jugo de naranja
4- Jueves: Vaso de leche + Tostada con aceite de oliva y azúcar + una mandarina u otra pieza de fruta mediana
5- Viernes: Yogur + frutos secos (nueces, almendras o cacahuetes) + un poco de jamón serrano
6- Sábado: Bol de frutas con yogur + cacao con leche
7- Domingo: Vaso de leche con cacao + bizcocho casero + una pera.
Completando este recorrido semanal por los diferentes desayunos saludables, se consigue una forma equilibrada y sana de completar nuestra nutrición en la comida más importante del día.