25 de mayo de 2015

La edad no es sinónimo de un cuerpo gordo y amorfo

Si bien es cierto que con el paso de los años, muchas funciones del cuerpo se van haciendo más débiles y menos constantes, también lo es que si se sigue una vida activa y con alimentación saludable, los problemas relacionados con la vejez, tales como la osteoporosis, las enfermedades del corazón, la falta de movilidad y sobre todo, la obesidad, pueden ser evitados en su totalidad.

Un claro ejemplo de ello, es Robert, un señor de la tercera edad que a sus 56 años decidió poner un “¡YA, BASTA!” a su deplorable estado de salud. Robert era testigo de cómo su cuerpo iba perdiendo su forma física con el pasar del tiempo, y él mismo aseguró que no quería estar así, no le agradaba la idea de ser un hombre gordo y con una salud deteriorada; tampoco apreciaba la noción de empezar a utilizar bastón o un andador como apoyo para caminar en los años siguientes. Fue así como se decidió a empezar a practicar ejercicio.



A pesar de los pronósticos de quienes lo rodeaban, además de los comentarios negativos en torno a su decisión, Robert encontró la forma de dejar todas las expectativas malas atrás y se inscribió en un gimnasio con el fin de lucir un cuerpo más esbelto y sano. Dos años más tarde comenzó a practicar calistenia, un tipo de actividad física que puede realizarse con el peso corporal, por lo que no es necesario el uso de pesas ni otros instrumentos de gimnasio similares para comenzar a ganar masa muscular.

Los resultados fueron sorprendentes, incluso para él mismo, quien asegura que ahora tiene un mejor físico que cuando tenía 18 años y todo esto gracias a seguir una motivación bastante común en la mayoría de las personas que todavía no se deciden a realizar algún tipo de actividad física. Robert aconseja que la transformación del cuerpo no es un proceso que llegue de la noche a la mañana, y que lo importante no es ponerse excusas, sino que a pesar de ya sea, el corto o largo tiempo con el que una persona cuente para hacer ejercicio, se debe empezar ¡ya!.
La clave está en comenzar y mantener la constancia. Verás como poco a poco, y día tras día, irás por más. Sin importar si se trata de a medio o largo plazo, te sentirás mucho mejor, más ágil, fuerte y saludable.

Así es como Robert es uno de los pocos ejemplos que ha decidido romper todos los esquemas y que a pesar de su edad y condición física para ese entonces, dejó todos los complejos atrás para meterse a un gimnasio y conseguir sus objetivos.
Si Robert pudo, tú puedes hacerlo.