16 de abril de 2015

INFÓRMATE SOBRE ESTE VENENO Y PREVIENE SU INHALACIÓN

Si bien las lámparas de bajo consumo (LFC) tienen la ventaja de ahorrar energía y ser así buenas para el medio ambiente, son peligrosas para el ámbito de la salud al romperse, como también para el entorno cuando llega el momento de su desuso y se tiran a la basura. Lo mismo ocurre con los tubos fluorescentes convencionales.
Las LFC contienen hasta 5 miligramos de mercurio por lámpara y los tubos fluorescentes entre 20-25 miligramos por lámpara. Lo que significa que al acabar su utilidad, deberían ser consideradas residuos peligrosos.
Generalmente, esta información no es advertida en los envases de las lámparas.
El envenenamiento por mercurio puede causar náusea, vómitos, diarrea, debilidad, dolor de cabeza, aumento de la tensión arterial, erupciones en la piel, sabor metálico en boca y dificultad para respirar.
Se han hecho estudios sobre la descarga que realiza el mercurio al romperse una lámpara de bajo consumo, donde se señala lo siguiente:
– Al romperse una lámpara de bajo consumo se escapa vapor de mercurio, que al liberarse, supera los niveles de exposición seguros.
– Al romperse una lámpara fluorescente compacta con mercurio, libera vapor de de éste y se expone en contacto con el aire durante semanas y meses, y su cantidad en una habitación con mala ventilación pone en peligro la salud humana.
– Al examinar el mercurio que contenían 8 ampolletas de distintas marcas, se reveló que el volumen de mercurio varía considerablemente entre unas y otras.
– Ya que fácilmente cualquier persona puede inhalar el mercurio en su estado de vapor, se recomienda una buena ventilación y el deshecho inmediato de LFC rotas.
– Es ideal ponerse guantes y mascarilla para no exponernos a los desechos tóxicos de estas lámparas.
– También se pueden utilizar envases adecuados para disminuir el riesgo de quebraduras de las lámparas y para así mismo retener el vapor antes de ser hacer contacto con el aire.
Las medidas señaladas son exclusivamente necesarias para cuidar la salud de niños, ya que son mucho más vulnerables por el hecho de permanecer más tiempo en el hogar.
Además, cabe mencionar que los niños, al tener un cuerpo más pequeño y un consumo proporcionalmente mayor de aire por medida de peso en comparación con los adultos, resultan más expuestos a la inhalación de vapor de mercurio y sus consecuencias.